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Old Posted Aug 9, 2008, 6:28 AM
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Picasso de entre casa


Con su amigo Eugenio Arias (detrás)



Un Picasso íntimo y militante se revela en un conjunto de 26 obras que componen la muestra "Pablo Picasso, entre la amistad y el compromiso", que inaugura hoy a las 19.30 en el Museo Superior de Bellas Artes Evita (Palacio Ferreyra).

La muestra ilustra la amistad entre el artista español y su barbero, Eugenio Arias, a quien conoció en su exilio en Francia; son piezas que Picasso le regaló en los últimos 25 años de su vida, prendas de su desinteresada relación donde las dedicatorias son manifestaciones del gran afecto que los unió.

Para Susana Durán, coordinadora española de la exposición, estas obras del Museo Picasso Colección Eugenio Arias reflejan "coincidencias, como el amor por el Mediterráneo y España".

El núcleo central de la colección del museo español lo componen 54 piezas que Pablo Picasso (1881-1973) regaló a Eugenio Arias (1909-2008): dibujos, grabados, cerámicas, carteles y libros, fechados entre octubre de 1948 y diciembre de 1972. Además, el museo posee otras piezas, como tres fotografías de André Villers (se exhibirán en el Ferreyra).

Pacifista, idealista, aficionado a los toros y nostálgico de la cultura español, y poeta... Son otros Picassos los que se descubren a través de Eugenio Arias. Lo íntimo y lo artístico son indiferenciables en el pintor, siempre único y multiforme, sostiene María Dolores Jiménez Blanco en Los Picassos de Arias.

En estas piezas están los grandes temas y preocupaciones que marcan las décadas finales de su carrera: la tradición mediterránea, el Siglo de Oro español, su admiración por maestros del pasado como Rembrandt y Manet, el tema del pintor y la modelo, su obsesión por la muerte, a través del rito que la escenifica, la corrida, en cuya afición coincide gozosamente con Arias.

Confidencias en la barbería. El Picasso íntimo y el mito artístico se mezclan en esta colección, forjada en una larga amistad.

Picasso conoció a Arias en su exilio, en Toulouse (Francia) en 1945, cuando se difundió la noticia de que el famoso artista se había unido a las filas del Partido Comunista Francés. Fueron presentados en un homenaje de la Francia Libre a los republicanos españoles que habían luchado contra la invasión nazi en ese país. Arias había sido uno de esos luchadores. En el primer abrazo, recordará después el barbero, le impresionaron los potentes ojos del artista, español y exiliado como él.

Y Picasso pintaría más tarde, quizá impactado por Arias, Monumento a los españoles (una pintura que se encuentra en el Museo Reina Sofía) que lleva la frase "a los españoles muertos por Francia". Después de ese primer encuentro volvieron a verse en 1948, cuando el artista se instaló con Françoise Gilot, su mujer de entonces, en la villa La Galloise, sobre las colinas de Vallauris. Después de la Segunda Guerra Mundial, se hicieron más frecuentes sus estancias en la costa mediterránea, donde fijó definitivamente su residencia, haciendo esporádicas visitas a París.

A finales de la década de 1940, Picasso redescubrió la cerámica. "Como todo en sus manos, tomará impulso uniendo modernidad y tradición", sostiene Jiménez Blanco.

En agosto de 1946, Picasso había empezado a practicar esta técnica en un taller de Vallauris, de George y Suzanne Ramié. Fue Suzanne quien le presentó a Arias en esa oportunidad. Ella le contó que había otro español en el pueblo, y que tenía una barbería. Allá fue Picasso.

A partir de entonces, nació una amistad que duraría un cuarto de siglo. Arias no sólo fue su barbero. También su amigo y confidente. Dos ejemplos confirman la relación que habían establecido: Picasso fue padrino de la boda de Arias, y Arias veló en solitario el cadáver del artista en Moungins.

Picasso conoció a Jacqueline Roque, su última compañera desde 1953 (y su esposa desde 1961), también a través de Suzanne Ramié. El picador, pintura que forma parte de esta colección, fue un regalo de Jacqueline al barbero.

Picasso, quien se había refugiado en la costa del Mediterráneo, era una figura muy requerida permanentemente por artistas, galeristas, escritores, que querían visitarlo con objetivos concretos.

En ese contexto de fama y asedio, Eugenio era querido y no pedía nada a cambio. Regalaba su trabajo a Picasso, también le ofrecía sus recuerdos, y prestaba su compañía en tardes de toros, o su ayuda para hacer los murales en Vallauris. A cambio, Picasso le obsequiaba con muestras de su trabajo, que el barbero luego exponía en su peluquería.

Con Arias compartió el homenaje a la profesión del barbero (visible en las bacías de cerámica), el tema taurino y lo español, reflejado en cerámicas, grabados y carteles. También coincidieron en la militancia izquierdista, en alusiones a los presos políticos españoles, su apoyo a los movimientos antifranquistas, con un activismo de exiliados informados y militantes.

Placeres cotidianos. La sala B del Palacio Ferreyra exhibirá desde hoy a ese Picasso prácticamente desconocido: al artista en la espontaneidad de su trazo, en Toritos fritos, en trabajos en lápiz sobre papel, líneas que son esbozos, casi un divertimento, entre los que se destacan los geniales y pequeños dibujos sobre cartón de Tauromaquia; en sorprendentes arcillas con incisiones, en litografías, como Preso con la paloma de la paz, donde aparece ese símbolo de la paloma que el artista hizo popular.

Bacía de barbero con escena del Quijote, una de las cerámicas pintadas que se exhibirán, es una de las pieza que más resalta en el grupo.

La variedad de técnicas y estilos muestra a un artista experimental aún después del cubismo, de la vanguardia, de su interés en la transformación y la destrucción de la imagen, convertido él mismo en un clásico para las nuevas generaciones, libre para indagar en la tradición, con el humor y las preocupaciones políticas aún latiendo.

El Museo Evita acompañará esta exposición venida de España con la exhibición de dos grabados de la colección del Museo Caraffa, de la serie Sueño y mentira de Franco (de 1937), traídos a Córdoba por su amigo Juan Larrea.


Torero dibujado en la portada de un catálogo, de 1960.



Fuente: La Voz del Interior
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"Finding beauty in the unexpected"

Last edited by Claudia-Cba; Aug 9, 2008 at 1:46 PM.
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