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Old Posted Dec 7, 2009, 7:56 PM
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patriciasgbr patriciasgbr is offline
PatoSB
 
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Wink Ultima parte de VALLE DE LOBOS...

Ya que me pude salir del trabajo temprano, aprovecho para continuar el thread para seguir dejándolos "helados" como dice Nicolás con la nieve, el viento y las temperaturas de este lugar...

Prometí contarles un poco de la historia del dueño de este lugar llamado "Valle de Lobos". Se trata del "Gato Curuchet", un personaje... pero en lugar de contarlas con mis palabras, adjunto una nota de hace unos años atrás en la que está su vida... A eso sí al final, le agrego mis palabras, de acuerdo a lo que charlamos con los chicos que trabajan en el lugar...

"Pedro Curuchet
El señor de los huskies



Dejó su Tandil natal para vivir en contacto directo con la naturaleza. El destino lo llevó hasta Tierra del Fuego, donde construyó una cabaña en el medio del bosque. Hoy, a los 48 años, vive sin agua corriente ni luz eléctrica, junto a sus 60 perros siberianos y alaskanos. Y se convirtió en el más importante musher -corredor de trineos de perros- del país.

El hombre de las nieves nació en Tandil. No es abominable pero no puede disimular su carácter, cuanto menos, huraño. Vive entre los valles más australes del mundo, a 20 kilómetros de Ushuaia. Viste guantes de castor y un gorro hecho con piel de zorro, con el sello made in Alaska. Tiene por mascota un lobo polar y, pese a llevar una vida de perros, todos aquí lo llaman El Gato.

Pedro El Gato Curuchet tenía ocho años cuando dibujó el cuadro que hoy pende sobre su chimenea. Apenas una precaria cabaña junto a un arroyo, un cerco prolijo y un arbolito color rosa. Todo cubierto de una nieve que entonces imaginó blanca y radiante. En colores y aunque con trazos infantiles, la pintura resultó una premonición. "Mi vieja dice que tuve una visión", insiste ahora. En "el norte", El Gato trabajó en el campo tandilense junto al resto de su familia. Aprendió de hacienda, marcas y herrajes. Pero cuando cumplió los 18, le llegó el servicio militar en la Marina, más precisamente, en Mar del Plata. Tras la baja, decidió buscar la aventura. Entonces, El Gato eligió la Ruta Nacional 3 con rumbo a Ushuaia. Allí, pretendía abordar un barco que lo transportase hasta su destino final: Alaska. Como medio de locomoción eligió la solidaridad e hizo "dedo". Ya no recuerda fechas precisas, pero sí que debía abordar su barco un miércoles. La caridad de los camioneros quiso que El Gato llegase a Ushuaia algunos días antes. Fue recibido con una nevada, la primera de toda su vida.

El Gato recorrió los bosques y valles australes, y se conmovió frente a la naturaleza en su más puro estado. Con su enorme mochila en la espalda, el miércoles se presentó en el puerto. "Su barco adelantó su partida: salió ayer", le dijeron. Y si bien mantenía su pulgar aún intacto, prefirió probar suerte en Ushuaia antes de regresar a casa. Compró un velerito y, de boca de los viejos pescadores de centollas, conoció los secretos del canal de Beagle. Al poco tiempo ya realizaba travesías marítimas para los turistas más osados. Luego improvisó cabalgatas en la cordillera, hasta que vendió su tropilla y con los beneficios construyó su cabaña en el medio del bosque, lejos de la ciudad. La montó junto a un arroyo y la rodeó con un cerco. Sin electricidad ni agua potable, por supuesto. Y jamás consiguió el árbol rosa. En Ushuaia conoció a Carmen, una empleada de la entonces estatal Aerolíneas Argentinas. "Le pedí un pasaje al corazón y me lo vendió", asegura El Gato sin ponerse colorado. Del matrimonio nacieron dos hijas, las que lo obligaron a ampliar la cabaña. Diecisiete años atrás, Carmen le regaló su primer perro siberiano. Y El Gato comenzó entonces a desarrollar lo que llama su gran pasión: la cría de perros aptos para tirar trineos.

Sus primeros dos años en la actividad fueron bravos. "Me sentía un b… total: sabía domar un caballo, pero no podía dirigir a una tira de perros", ilustra El Gato. Entonces fue cuando decidió realizar el tan postergado viaje a Alaska. Lo habló con su señora. Discutieron. En su alegato, Curuchet agregó expresiones como "vacaciones románticas". Finalmente conciliaron: una semana en Cancún y otra en Alaska. De las costas mexicanas, El Gato apenas recuerda sus tardes abrazado el aire acondicionado. "Acabemos con esta tortura: vamos a Alaska", imploró a los dos días. En el extremo norte del mundo aprendió a fabricar trineos, hacer arneses, trazar tiros y manejar.

De regreso en Ushuaia, aplicó los secretos incorporados y todo comenzó a funcionar bien. Se perfeccionó luego en Europa y en los Estados Unidos, donde convivió con esquimales. Y se descubrió "bueno" para las carreras largas, las travesías. "La vueltita rápida no es para mí", insiste aún hoy.

En marzo último, luego de correr tres carreras clasificatorias y con el respaldo del gobierno de Tierra del Fuego, El Gato Curuchet participó de Iditarod, la competencia más importante del deporte de trineos con perros. Durante 14 días en Alaska, recorrió 1800 kilómetros junto a los mejores del mundo. Frente a la atenta mirada de búfalos, alces y renos, soportó temperaturas inferiores a 35 grados bajo cero. Calzados con escarpines, sus 16 perros -"25 metros de perro", insiste- siguieron la huella de una moto de nieve. Durante la travesía, El Gato cambió 1300 "botitas", y luego de socorrer a otro competidor fue distinguido como "el deportista del año". Americanos y europeos se sorprendieron al ver su habilidad para arreglar su trineo con alambres. Típicamente argentino.

El hombre de las nieves hoy tiene 60 perros. Conoce el nombre de cada uno -tanto como el de sus respectivos padres-, su época de celo y lo distingue por sus ladridos. "Como en una familia. Porque ésta es mi familia".


Jorge Martínez Carricart
fotos: Christian Beliera
(Enviados especiales a Tierra del Fuego)

Fuente: http://www.gente.com.ar/nota.php?ID=936 (Texto y foto)

Esta nota es de hace un tiempo... según nos contaron en el lugar, él no pudo terminar la carrera faltando pocos kilómetros porque uno de sus perros líderes se lastimó, y solo le quedó uno ( y es obligación llegar con un mínimo de 2). Subió al perro lastimado al trineo, y quería seguir la competencia caminando, pero lo subieron al helicóptero junto con todos sus perros... Era una locura. Años más tarde su sobrino, apasionado como él, logró culminar esa exigente carrera... y en el quincho-restaurante del lugar se pueden ver un montón de recuerdos de esa competencia. Es uno de los precursores de la Sled Dog Challenge que se hace en Ushuaia todos los años... Además ayudó en documentales como "La aventura del hombre", y otros incluso para TV francesa y española..

Hoy son 70 los perros... los más jóvenes van aprendiendo, y los más viejitos van quedando como mascotas... Pero se saben los nombre de todos!!!

Despues de tanta cháchara... las fotos, éstas de la caminata que hicimos con raquetas de nieve en el lugar y bajo una lluvia bastante "helada"



















Con esto pongo fin a esta hermosa experiencia... en la próxima tanda, BAHIA GOLONDRINA... mar y montañas (ademas de viento y frio)...
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Patricia - (http://www.patriciasgrignuoli.blogspot.com/)

(Esperando el día tan ansiado de vivir en mi lugar en el mundo... PATAGONIA)
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