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Old Posted Oct 14, 2015, 12:05 AM
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Art Nouveau en Buenos Aires




La perfección positivista fue la última crisis de la humanidad en Occidente antes de entrar hacia el mundo donde vivimos hoy. Paradójicamente, las Bellas Artes y las buenas costumbres eran un límite muy claro para la creatividad y la experimentación artística. Así como Freud descubrió la gran puerta del psicoanálisis que cambió para siempre la visión de las personas y de la sociedad, el Modernismo llegó como una explosión de creatividad de todas las artes, donde la libertad de experimentación era absoluta. Curiosamente, la arquitectura antiacadémica (así se lo podría llamar al Modernismo) rozaba generalmente a ciertas características del academicismo, como la sistematización o repetición de ciertos elementos, como la simetría bilateral, la igualdad de volúmenes y formas, y la obligación de romper con la perfección académica, lo cual terminaba al mismo tiempo contradiciendo sus propios principios. Como era común en la época, nació en Europa y muchas de las naciones más importantes tuvieron sus propios tipos de modernismos, claramente identificables: el Modernismo Catalán conocido mayormente por el surrealismo de Gaudí, el Jugendstil de rigidez propia alemana (en mi opinión es el más duro de todos los modernismos), el Liberty/Floreale de Italia, el Modern Style en Gran Bretaña (extrañísima, y con el arquitecto Charles Rennie Mackintosh a la cabeza), la Secesión Vienesa de apariencia futurista, el modernismo holandés o Nieuwe Kunst, y el famoso Art Nouveau francés, conocido por las bocas del Metro parisino y que se expandió hacia Bélgica. A Buenos Aires llegaron en gran medida el Art Nouveau francés, el Liberty Italiano y el Modernismo Catalán, más allá de influencias puntuales de la Secesión Vienesa y el Jugendstil. Como se acostumbró en la arquitectura porteña, los estilos fueron adaptados y pasaron a la fama grandes arquitectos como Virginio Colombo, que construyó la riquísima Casa Calise en el barrio de Once:









...y otras obras como la célebre Casa de los Pavos Reales que acompaña la esquina que también es de estilo modernista de Rivadavia y 24 de Noviembre, con pavos reales esculpidos en los balcones, motivos floreales de todo tipo e influencias que rozan otros estilos como el florentino y el almorávide (de los musulmanes en España):


















Importantísima para el Modernismo fue la curva dentro de los diseños, mostrándose de manera muy evidente en el Art Nouveau francés, la cual llegó al mobiliario porteño en lugares puntuales:









En otros casos, el Modernismo Catalán logró darle un toque surrealista en Buenos Aires en edificios como el Hotel Chile, que una suerte de pirámide invertida, ya que va creciendo a medida que llega a su coronamiento:









...u otros ejemplos como el Club Español, conocido por su cúpula rojiza triunfal coronada por el Genio Alado y que al mismo tiempo es una rarísima mezcla con algunos detalles de Secesión Vienesa:












Dentro de los nombres en el podio del Modernismo porteño se encuentra Julián García Nuñez, arquitecto del Hospital Español, del cual hoy solo queda la mitad:












...o su esquina icónica de Paso y Viamonte, con un extrañísimo coronamiento:









Nuevamente: el Liberty fue de los estilos de Modernismo más usados en Buenos Aires, característicos por trabajar con motivos muy cargados en las herrerías (de los coronamientos y mayormente de los balcones), que varió desde casas esquineras hasta palacetes de diseños muy particulares. A continuación, en orden: esquina de Corrientes y Salguero, Paraguay y Talcahuano, Hipólito Yrigoyen al 3400 y el Castillo de los Fantasmas en el barrio de La Boca.


















Como mezclas más difíciles de definir, hay cientos de casas y edificios, que combinan el Liberty Italiano con el Art Nouveau francés y otros estilos como el Art Decó y estilos únicos de ciertos arquitectos renombrados:





















Dentro del Art Nouveau francés, mi favorito es el Bazar Dos Mundos, el cual conserva gran parte de sus detalles originales, cuyo propietario fue Roger Ballet, el cual repetía una frase que hasta el día de hoy me confunde: “Vender más y ganar menos”. Este edificio fue uno de los primeros grandes centros comerciales de Argentina, en paralelo con las Galerías Pacífico y la Harrod’s del Centro porteño.









Y viajando hacia el mundo onírico, definitivamente dejó su marca en Buenos Aires el arquitecto Eduardo Rodríguez Ortega, con sus dos grandes obras: por un lado, la esquina de Rivadavia y Ayacucho, coronada por una cúpula de cristal impresionante que acompaña a la frase “No Hi Ha Somnis Impossible” (traducido del catalán: “No hay sueños imposibles”):









...y la Casa de los Lirios, un edificio que parece transportado desde Barcelona y que es casi un árbol convertido en edificio, con detalles de ramificaciones que lo hacen parecer una flor de lirio:









Llegando luego a uno de los edificios más icónicos del Modernismo porteño: la Confitería del Molino, próximamente a ser completamente restaurada.









Y el que yo considero el edificio más impresionante del Art Nouveau porteño: el colosal edificio Otto Wulff, obra del arquitecto Morten Rönnow, nacido dentro del Jugendstil alemán. El Otto Wulff es el más relevante por dos razones: en primer lugar por su historia, ya que iba a ser la embajada del Imperio Austro-Húngaro, el cual desapareció durante la construcción del edificio en la Primera Guerra Mundial. Así lo muestran sus dos cúpulas majestuosas, una con el Sol de los Habsburgo y la otra con la Corona de la Emperatriz Sissi. En segundo lugar, por su riqueza en detalles a lo largo de toda su fachada, pero especialmente en los primeros pisos, donde tiene tallados animales de todo tipo, desde carpinchos, osos, lechuzas, pingüinos, y loros. Además, los atlantes que sostienen los balcones, que representan a los que construyeron al edificio (uno de ellos, con bigotes, es el mismísimo Morten Rönnow, su arquitecto), y los cóndores de los últimos pisos. Definitivamente es una obra de arte con toques de humor alemán, que además demuestra la relevancia de la arquitectura porteña dentro de las grandes capitales del mundo:









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