View Single Post
  #20  
Old Posted Feb 24, 2013, 9:39 PM
-*Casa Saboya*- -*Casa Saboya*- is offline
Registered User
 
Join Date: Jan 2010
Posts: 215
Cuaresma el salvador 2013

LA CALLE DE LA AMARGURA EN EL SIGLO XXI


Con el crecimiento y la pujanza que San Salvador obtuvo desde mediados del siglo XIX con la aurífera industria del café y , a finales con el comercio desarrollado por las migraciones llegadas del Medio Oriente, Europa y China; la sexta calle reflejó esa riqueza y fue sede de construcciones habitacionales de primera categoría para las clases medias altas. El comercio y las oficinas construyeron grandes, modernas y hasta lujosas edificaciones, las iglesias ya las describimos y el gobierno también hace lo suyo cuando construye el Palacio de la Policía Nacional, hoy Civil, conocido como El Castillo, y que diera mucho que hablar negativamente en épocas de los gobiernos militares, por conducta inapropiada en irrespeto a los derechos humanos, contra los capturados y alojados en los ya inexistentes sótanos. Realmente un edificio extraordinario, también único en su género y que continúa en el mismo lugar desde 1934.

Existen aun construcciones habitacionales en lámina troquelada, madera y bahareque, algunas dañadas, algunas otras en buen estado; muestras de la arquitectura de entre 1875 y 1930, que se consideraba antisísmica, pero que, más tarde se comprobó, no lo era tanto.

Para las décadas de 1930 a 1950, arquitectos salvadoreños, como José María Durán y otros, diseñaron y construyeron buenos edificios de concreto: el Rodríguez Porth, el lujoso de departamentos “Julia de Duke”, excelente muestra de edificación habitacional para clases acomodadas; el edificio Veiga, también de oficinas y departamentos, de 1948, restaurado y puesto en valor nuevamente en 2008 y algunos otros como oficinas bancarias, el mercado Sagrado Corazón de Jesús que nos son más contemporáneos, y algunos de uso comercial, le siguen dando gran valor urbanístico a la Sexta Calle, incluso después de los daños causados por los terremotos de 1965, que destruyó gran parte del barrio San Esteban y el de 1986, que destruyera la Torre López, de departamentos con cine en el primer nivel de doce que poseía(el cine era y es hoy: El Izalco) y la famosa torre de la Casa Ambrogi, considerado rascacielos en 1925, con tan solo 4 niveles de tipo francés (pisos más altos que lo usual), pero más bajo que las torres de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en la Calle Arce, con ocho niveles desde 1905.

La calle de la Amargura ha sido trascendental para los avances urbanísticos y arquitectónicos de San Salvador. También para su desarrollo cultural. Fue una de las más elegantes calles hasta la invasión de los vendedores informales y el abandono de los todavía grandiosos edificios del siglo pasado que han sobrevivido, también ha sido valiosa para las manifestaciones religiosas. No son recuerdos los que quedan, la calle está muy viva, varios edificios han cambiado su uso, pero su sólida construcción también hace que continúen vivos. Como generalmente concluyo, son algunos salvadoreños los que consideran que no vale la pena. A la Ciudad y a su historia, le importan muy poco. Ella, la fuerte y terca en cuanto a su lugar desde su fundación, destruido en, al menos 19 ocasiones, sigue allí… desde hace cuatro siglos y medio.




Fe inquebrantable. La realización del Vía Crucis entre las iglesias San Esteban y El Calvario
se mantiene fuerte. Son 350 años de realizar ese importante acto religioso
.


Nota gracias a: CONCULTURA


La amargura final de San Esteban

En el mes de enero San Salvador perdió un inmueble patrimonial más. El templo de San Esteban, construido con láminas y maderas belgas hace unos 130 años, fue pasto de las llamas.

El pasado 7 de enero en la tarde, la iglesia de San Esteban ardió como si fuera de tusa. En pocos segundos quedó convertida en un cenicero con tres campanas. Y hasta este domingo, nadie sabe decir aún qué cosa desató el incendio.

Los más simplistas dicen que la iglesia había caído en decadencia junto al resto del centro capitalino desde hace décadas y que su destrucción ya se veía venir. San Esteban jalonaba el inicio o el final, según de quien la vea, de la famosa calle de Amargura, que solo cobra vida durante Semana Santa, allí iniciaba el vía crucis.

Pero más que ser un mojón, era uno de los escasos ejemplos supervivientes de la arquitectura del siglo XIX del centro capitalino. En el “Libro azul”, un directorio de 1917, aparece el perfil de sus dos campanarios en el sur de San Salvador. Sus láminas y decoraciones en madera fueron importadas desde las herrerías de Aiseau, Bélgica, para evitar que fueran demolidas por terremotos.

Carlos Cañas Dinarte, el historiador salvadoreño, asegura que la iglesia (que se quemó) había sido fundada por la comunidad catalana residente en San Salvador “para desarrollar ahí sus festividades religiosas dedicadas a Sant Joan, Sant Cugat, con sus respectivas imágenes traídas desde Cataluña”.

El historiador cree que la iglesia tenía unos 130 años. Otros historiadores aseguran que antes, en ese mismo lugar, hubo otro templo colonial.




Nota gracias a: La Prensa Gráfica
Reply With Quote