Patricia: Ahora que voy viendo detenidamente (una forma de decir) las fotos, al integrar tu comentario sobre el colorido del pueblo; me doy cuenta que hay una predilección por pintar todo de color de naranja. Ja
Aledys: Voy a tener que buscar la canción del pan rayado Preferido, no la conozco! Me quedó la intriga. Jajaja Sobre los trofeos, ya verás... Más que trofeo, es otra cosa parecida. Pero no sé si repartirlos ahora o al final del culebrón. Jajajaja.
¿Te acordás de la canción: Mi propiedad privada? Jajajaja. -Por lo de la propiedad que me metí -siempre contravencionando las reglas yo- Ja.
Aby: El problema es que si fuera un sueldo no es nada... Cruza un auto y en diez minutos lo tenés igual que antes... Jajajajajaja.
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Vamos con las tres últimas fotos de Sayulita: Desde la calle de los bares en su terminación, una calle que la corta.
El boulevard de acceso que mostré al principio pero desde la perspectiva contraria. ¿Continuarán regando las palmeras? -no lo creo-
Intersección de la salida/entrada al pueblo con la ruta a Puerto Vallarta-Guadalajara. ¡Chau Sayulita!
Algunos pequeños pueblitos al borde de la ruta de regreso a Puerto Vallarta
Y un hotel a la entrada de Puerto Vallarta, con un nombre acorde a su cantidad de estrellas...
Ya es mi última entrada a Puerto Vallarta y dejé para el final fotos de la hermosa Avenida de Palmeras que culmina en el centro de la ciudad.
Me quedaba menos de dos horas para tomar el "camión" para México D.F.
Preparé rápidamente la mochila, y rápidamente fui a hacer el check out en el hotel más despersonalizado del mundo.
Cuando voy al mostrador, me aparece una cuenta de dos llamadas a Argentina de menos de 1 minuto cada una (que por supuesto que las había hecho).
La verdad es que no me acuerdo cuanto me las cobraron pero era algo así como decir: U$S 40 cada una !!!!!!!!!!! Me estaban robando a mano armada. Unos tránsfugas. Entonces me dirigí a la habitación y dije: ¿Vos me robaste?
Imaginarán como continúa la historia...
Salgo apurado de la habitación y me encuentro que en el hall principal había otras personas que estaban esperando y solo una para atender. La lentitud e inoperancia de esta persona era increíble. Los minutos pasaban y la cola no se movía... ¡Realmente de terror!
Entonces, me adelanto y literalmente le tiro las llaves en el mostrador diciéndole que no puedo esperar más y no estoy acostumbrado a hacerlo.
Pegué media vuelta y salí con mi mochila.
Espero a un bus que me llevara a la estación camionera y llego...
Sigo sosteniendo que nosé para qué te hacen ir media hora antes, yo que soy puntual. Llego sobre la hora. (si pierdo el bus, es problema mío, o sea...)
En la cola para entrar al bus, el mala onda del chofer me dice que esa mochila es muy grande para que la suba a bordo, que no había lugar.
A lo que le respondí que desde Guadalajara para Vallarta la subí y no tuve ningún problema, ocupaba el mismo lugar y además había pedido viajar solo, en asiento individual y comprobé que tenía lugar de sobra y suficiente para estirar los pies y poner, si quería, dos mochilas más del mismo tamaño.
Como no sabía qué decirme, agrega que con la mochila iba a romper el cableado de los auriculares (toda una sarta de estupideces dado que el cableado no está suelto y etc, etc...)
Para no discutir y dado que no estaba en mi país
y no conozco como se manejan muchas cosas en México entonces dejé la mochila (cosa que odio) abajo en la baulera o nosé como se dice.
Subo al bus de ETN y me encuentro con que otro pasajero tenía el mismo problema; no le dejaron subir la mochila.
Él comentaba que en el viaje a Vallarta no había tenido problemas y que ahora sí. Que hacía habitualmente ese recorrido y que sabía muy bien como se manejaba esa empresa.
Una gran discusión en el bus y que por supuesto, juró que nunca más iba a viajar por esa empresa
ETN -cosa que tampoco recomiendo y que
pensaba en el viaje de GDL a Vallarta, que era una buena empresa-
Cuando subo al bus, me dan una bolsita con un yoghurt sin refrigerar (un peligro) un sandwichito, y no me acuerdo qué otra cosa insignificante más.
O sea... lo mismo que me dieron para un viaje de 4 horas, me lo vuelven a dar para uno de 12h !!!!!!!!.
En el apuro de dejar la mochila en la baulera, me olvido de sacar un abrigo para el maldito aire acondicionado que nosé para qué lo prenden si calor no había, además viajé con la preocupación de lo que podría ocurrir con la mochila al no conocer cuántas paradas hay en el recorrido ni el verdadero control de la empresa sobre su equipaje transportado... y luego de la discusión, nosé si me explico.
Para muestra de incoherencias, un botón (parafraseando el dicho)
El bus iba a paso de tortugas y, siempre están esos desubicados que transforman el vehículo en casillas públicas de teléfono.
Sacan el celular y hasta altas horas de la noche (el viaje comenzó a las 20h y terminaría doce horas después) hablan con voz potente no entiendo porqué.
Celulares que suenan, conversaciones que se entrecruzan, bus que no avanzaba porque supongo no tenía motor suficientemente potente (cosa que corroboré cuando tenía que subir la Sierra Madre... pufff)
Así fue el viaje.
Por ahí pude dormir, nosé a qué hora. Por supuesto que en plena noche, me despierto y la gente seguía con sus celulares...
No pude ver mucho paisaje dado que era de noche, solamente me gustó ver desde las alturas, los valles iluminados por los pueblos. Muy lindas postales, que por supuesto no tuve fotos, no salían bien.
En un determinado momento llego a Guadalajara y estacionó mucho tiempo, sin saber porqué, en la terminal. Nadie bajó, ni subió.
Era otra terminal, realmente enorme, tan grande como fea, o tan fea como grande. Lo mismo. ¡Gigante!
Para los argentinos, puedo compararla a la estación de Río Cuarto (el mismo formato) o con la de Villa María, pero repetida como tres "Retiro" (terminal de Buenos Aires)
Cantidad de dársenas desocupadas, sin comercios ni nada. Digamos que era un gran estacionamiento.
En un determinado momento el bus entra a los talleres de la empresa PARA DAR UNA VUELTA, porque recorría un circuito en el mismo pero no se detuvo. Parecía una carrera de Fórmula 1. ¡De no cre-er!
En un determinado momento (¡Y yo, como para dormirme y no desconfiar!) cuando salió de ese lugar y entró a la autopista a México, volví a dormir y dije: ¡Qué sea lo que Dios quiera!
Continuará!