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Posted Sep 18, 2008, 9:42 AM
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Sto mondo sottosopra
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Puerto Madero sur: la versión high tech
El nuevo desarrollo de Creaurban en el Dique 1 de Puerto Madero apuesta a la modernidad, tomando al high tech y la sustentabilidad como puntos de partida para reinventar el proyecto emprendido anteriormente por G&D. Oficinas cuádruple A, locales comerciales, residencias y un hotel boutique demandarán una inversión de u$s 180 millones para construir 60.000 m2.
Lorena Obiol
Cronista Arquitectura
ArtMaría se levantará en dos manzanas, aproximadamente 20.000 m2, y el uso preponderante en este desarrollo serán las oficinas Premium.
Hace unos meses, Creaurban - integrante del grupo ODS, que capitanea Ángelo Calcaterra - anunciaba la compra del terreno, del proyecto y de la marca +5411 Juana Manso Blvd al Grupo Farallón y G&D Developers. Sin embargo, no se quedaron con ese nombre y al proyecto, que ya tenía definidos y aprobados los usos, lo rediseñaron.
Así nació (o nacerá) ArtMaría, mitad arte, mitad plegaria-homenaje a la mujer. El nombre elegido simboliza “el arte de construir, diseñar y desarrollar y el homenaje a las mujeres en general y las que recuerda este lado de Puerto Madero, poniéndole sus nombres a sus calles. Lo resumimos en María, que es la madre de todas las mujeres”, explicó Juan Garrone, presidente de Creaurban, en la presentación realizada la semana pasada en el terreno del Dique 1. “Son los mismos datos que habían visto en el proyecto anterior, del anterior propietario, pero lo pensamos con distintos usos. La diferencia es la modernidad que le aportamos, el diseño”, completa Garrone, quien imagina “un producto top, que entregue un diferencial”. En sintonía, Martín Rodríguez Etcheto, gerente de proyectos de la desarrollista, agrega: “Apuntamos a lo supremo, partiendo de parámetros urbanísticos ya establecidos, como las volumetrías y los usos aprobados”.
Para el líder de este proyecto, “Buenos Aires aún no produjo un edificio de esos que sorprenden cuando uno viaja por las grandes ciudades del mundo. Le echábamos la culpa a la inversión, pero cuando las ganas están, todo es posible”. Entonces, Creaurban Arquitectura junto al arquitecto Ricardo Izquierdo, tomó esto como desafío. Sus ideas rectoras fueron la alta tecnología y la sustentabilidad. En cuanto al diseño, el gran impacto visual.
Por eso, idearon una gran malla vidriada que los ayudó a darle unidad al proyecto y encontrar la coherencia formal. La “ameba vidriada”, como les gusta nombrarla de entre casa, se va mimetizando y amoldando a cada uno de los espacios. Esta membrana orgánica simulará envoltura y protección, convirtiéndose a la vez en cielorraso del lobby del edificio de oficinas y también en marquesina y muro cortina. La forma ondulante y el color turquesa aportarán, a manera de espejo de agua en permanente movimiento, la idea de lo natural. “Es difícil encontrar esa unidad con usos tan distintos y lograr que todo esto tenga coherencia formal y estética”, agregó Rodríguez Etcheto.
Oficinas y algo más
Una de las diferencias sustanciales respecto del proyecto anterior, es el mayor espacio y el énfasis distintivo que le pondrán a los espacios destinados a oficinas. Por eso, para la primer etapa lanzaron a la venta unidades cuádruple A, un concepto creado para connotar la categoría superlativa que pretenden para su espacio corporativo. “Se trata de oficinas sustentables preparadas para recibir domótica, con servicios de primer nivel y diseño de vanguardia”, aseguran.
El edificio de siete pisos de oficinas se diseñó con la suficiente flexibilidad como para poder subdividir el espacio hasta en ocho unidades (a partir de los 150 m2) y también poder adquirir una planta libre de 3.570 m2. “Son aproximadamente 70 oficinas y el valor del metro se lanzó en u$s 3.100. En diez días ya vendimos siete”, cuenta el ingeniero Garrone.
Otra búsqueda fue la de elementos que aporten a la “escala humana y peatonal” al proyecto. Así se creó una nueva plaza de locales comerciales en el anillo central. Un hotel boutique, además, ocupará uno de los dos edificios altos y reemplazará al proyecto de hotel internacional que se había propuesto anteriormente. El desarrollo se completa con los edificios residenciales, de los cuales uno ya está prácticamente vendido por la gestión anterior y que se entregarán en aproximadamente 30 meses junto a las unidades de oficinas.
En busca del certificado de sustentabilidad
La sustentabilidad hay que concebirla desde el proyecto, desde el inicio. Por lo menos, así piensan en Creaurban. “Le quitamos lo menos posible al medio ambiente y le devolvemos la menor cantidad de agresión”, dice Garrone. Por eso, en todas las etapas del proyecto, desde el diseño hasta la elección de los materiales, desde el proceso constructivo hasta el funcionamiento de los distintos sistemas (climatización, ascensores) tienen como eje este concepto. Habrá parking para bicicletas y motos, sistemas de separación y reciclaje de residuos, sistemas de re-uso de agua de desagües para cloacas y recolección de lluvia para riego. Además, exigirán a los proveedores materiales sustentables (como el uso de maderas de bosques renovables) y piensan instalar paneles solares para diversos usos.
La ambición es la de certificar como Green Building o edificio sustentable, de acuerdo a los estándares LEED (sigla en inglés que significa Liderazgo en el Diseño Energético y Medioambiente). Hasta el momento sólo cuatro edificios en América Latina ostentan tal distinción. Tres en México (uno es el HSBC, proyectado por una arquitecta argentina, Isabella Rosellini) y uno en Mar del Plata, que calificó hace apenas quince días. “Apuntamos a un edificio muy moderno, un Green Building con características que duren y estén vigentes dentro de 30 años”, enfatizó Rodríguez Etcheto.
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