Reportaje exclusivo a Silvana González
CÓMO SERA EL SHOPPING DEL DIQUE 3
En Puerto Madero, las “hermanas González” ya son casi una leyenda. Por una parte, son ciertamente famosas, pero en realidad poco y nada se sabe de ellas.
Su padre, Alberto González, fue un verdadero visionario y pionero en todo lo que emprendió. Empresario del sector de los medios audiovisuales, supo apreciar el potencial de esta zona cuando no era más que un yuyal.
Para desarrollar los terrenos que fue adquiriendo creó una firma denominada “Madero Este” y hasta en eso fue un adelantado, ya que hoy es el nombre con el que se reconoce a este nuevo barrio, que él contribuyó a forjar.
Pero su última aventura no fue sencilla y un sinfín de obstáculos se le interpusieron en el camino. Sin dudas la mayor paradoja e injusticia se concretó el último día de su vida: Alberto González falleció en agosto de 2001, pocas horas antes de que emplazaran el Puente de la Mujer, que él donó a Puerto Madero y que rápidamente se convirtió en un símbolo de nuestra ciudad.
En un reportaje exclusivo, Silvana González, la más emprendedora de sus hijas, nos cuenta cómo decidió proseguir el legado de su padre, concretando y haciendo realidad cada uno de sus proyectos:
. Tu papá fue un visionario...
Sí, mi papá fue un visionario al que le faltó tiempo para disfrutar todo lo que generó. Cuando él puso su mirada sobre Madero Este, lo único que había acá era la marina de Germán Neuss en el agua del Dique 4, no existía ningún tipo de desarrollo inmobiliario del lado Este. Sólo podían apreciarse algunos galpones abandonados y en donde ahora está el Hilton había una casita, un chaletcito, que era de la Prefectura.
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Como suele suceder en estos casos, ¿Pensás que fue incomprendido?
Sí, empezando al principio por nosotros mismos, su familia, que no dábamos crédito a sus aventuras, hasta que nos dimos cuenta que concretaba todo lo que se proponía. El decía que ésta era una tierra fértil como pocas, que “las oportunidades brotaban como hongos”. Una cosa lo llevaba a la otra, y así fue adquiriendo gran parte de los terrenos del Dique 3. Pero lo cierto es que, desde que mi padre murió, con mi hermana hemos pasado momentos muy difíciles, terribles. Incluso siento que la causa de su fallecimiento (un cáncer) estuvo relacionada de cierta manera con la angustia que le provocó la crisis de nuestro país, que le ocasionó múltiples problemas financieros. Creo que le generó un enorme placer desarrollar este proyecto, pero también se lo llevó...
. ¿Cuáles fueron exactamente esos inconvenientes?
Todo lo que podía salir mal, salió mal. Fueron una sucesión de problemas, uno atrás del otro. Al principio, no muchos lo saben, la urbanización de Puerto Madero había sido pensada en función de la candidatura de Buenos Aires a las olimpíadas del año 2004. Entonces, se proyectaron estadios, la Villa Olímpica en la ex ciudad deportiva de Boca y demás infraestructura enfocada a dicha finalidad. Por ejemplo, en donde ahora está el Hilton se iba a levantar un centro de convenciones. En frente, en donde está Madero Center, estaba previsto un estadio. Y en el Dique 3 también se había planeado la construcción de un Museo del Mar, incluso mi padre ya había encargado un proyecto al arquitecto Mario Roberto Alvarez y se habían comenzado a construir los subsuelos y las cocheras. Cuando la candidatura cayó, hubo que reconvertir usos y reveer los proyectos, ya que muchos dejaron de tener sentido. Pero algunos ya estaban en camino y tuvimos que dar marcha atrás, con todos los costos que eso significa. Y es en ese punto en el que no nos sentimos acompañados, hubo todo un esfuerzo que no fue valorado y para colmo comenzaron a surgir complicaciones financieras porque el país ya empezaba a estar en crisis. Se sumaron así la falta de respaldo, ciertas normativas extrañas que tenía este barrio, la situación económica, la muerte de mi padre…
. Además del Hilton, ¿Qué otros proyectos emprendió tu papá en la zona?
Después del hotel, el más importante fue el del shopping del Dique 3, que ahora retomamos. ¡Pero justamente fue el que más disgustos nos generó! La constructora de Victorio Américo Gualtieri le había ofrecido a mi padre un muy buen precio por hacer el hormigón, en tanto le abonáramos el importe con pagarés que debían ser cancelados a lo largo de cinco años. A los dos meses que le entregamos los pagarés, la empresa se presentó en convocatoria, pero a su vez había descontado todo esos pagarés en pagos a bancos y proveedores. Así que hasta el 2005 tuvimos que levantar esos pagarés 1 a 1, sin tener la correspondiente contrapartida, ya que la obra quedó paralizada. Una verdadera estafa.
Luego, cuando los herederos hicimos la división patrimonial, mi hermana Paula le vendió la mitad que le correspondía del terreno del shopping a Pablo Gronda, que por lo tanto ahora es mi socio en ese proyecto.
También está el terreno del silo de la ex Junta Nacional de Granos, que en realidad originariamente no perteneció a mi papá. Lo había adquirido el Banco Patricios, pero cuando quebró generó toda una incertidumbre sobre su destino. Entonces, la Corporación convenció a mi papá para que se lo comprara a los acreedores del banco. Mi papá accedió, porque junto con la familia Cisneros pensaron que podrían mudar e instalar ahí la nueva sede de I-Sat. ¡Pero hasta eso salió mal! Cuando se vendió la compañía, los nuevos propietarios no quisieron saber nada con el traslado y el proyecto quedó trunco.
Ahora planeamos hacer ahí un hotel boutique, ya que ese silo fue declarado patrimonio histórico y su ubicación es estratégica: al pie del Puente de la Mujer, muy cerca del centro porteño, pero a la vez lejos del ruido y del caos de la ciudad.
. Contanos algo sobre el shopping...
Todavía no tiene nombre, por ahora lo llamamos genéricamente, para identificarlo, como “Mall Dique 3”. Pero quiero vincularlo con algo que tenga que ver con el agua, con el puerto, porque se encuentra ubicado “entreaguas”, entre los diques y el río. Su denominación inicial iba a ser Cinema Paradiso, debido a que los cines iban a ser su atractivo principal, cosa que en el nuevo proyecto quedó desestimada. Ahora estamos analizando distintas alternativas, pero de lo que estoy segura es que me gustaría que el nuevo nombre sea en español, que es nuestro idioma.
Su tamaño va a ser similar al del Patio Bullrich, tal vez un poquito más grande.
Seguramente tendrá un supermercado mediano, boutique, que se adapte a la escala y necesidades del barrio. Estamos hablando con la gente de Disco, pero de concretarse sería diferente a las otras sucursales. La idea es que la presentación de los productos sea muy cuidada, exquisita diría yo, pero con los mismos precios que en los otros supermercados de la cadena.
. ¿Cómo va la obra?, ¿Para cuándo estiman que estará listo el shopping?
Nos gustaría que para fines del 2009, venimos bastante avanzados. El edificio en total tiene 4 niveles de subsuelo y 9 pisos, pero el centro comercial en sí mismo va a abarcar un nivel de subsuelo, la planta baja y el primer piso, es decir tendrá un total de 3 pisos, a los que se le suman entonces otros 3 niveles de subsuelo destinados mayoritariamente a cocheras. Si contemplamos el terreno, notaremos que toda esa parte de la construcción ya está muy avanzada, de hecho una vez que se termine con el primer piso ya se puede inaugurar el shopping y después la obra continuará con los ocho pisos que quedan hacia arriba, que serán destinados a dos edificios de oficina.
A metros del shopping, al lado de donde está la empresa 3M, también tenemos un último terreno libre. Ahí pensamos desarrollar otro edificio de oficinas o un hotel boutique, aún no lo tenemos definido. De entrecasa lo denominamos “el dockito” y su ubicación es privilegiada, ya que enfrente podemos anexarle algunas amarras, en el espejo de agua.
. ¿Cómo fue la construcción y donación del Puente de la Mujer?
Nosotros necesitábamos un puente peatonal en medio del dique que uniera ambas orillas, para que la gente pudiera acceder más fácilmente al shopping. Entonces pensamos en que mas allá de su funcionalidad, debería ser una escultura arquitectónica que embellezca el barrio y nuestra ciudad. Fue así que mi papá se comunicó con el ingeniero español Santiago Calatrava y le encomendó el trabajo, que para nosotros implicó un esfuerzo enorme ya que su costo fue cercano a los U$S 8 millones. Lamentablemente mi papá no llegó a apreciarlo en funcionamiento, ya que justamente falleció unas horas antes de que finalmente fuera instalado.
. Ustedes poseen la concesión para el usufructo del espejo de agua del Dique 3, ¿Qué planean desarrollar ahí?
En su momento nos concedieron diez años, que se vencen dentro de poco, pero con la posibilidad de extenderlos por otros diez años más, así que tenemos esa concesión por lo menos hasta el 2019.
En el espejo de agua del Dique 3 planeamos un desarrollo inmobiliario que respete la esencia de lo que es el agua. En principio, el proyecto incluye marinas, algo que tenga que ver con arte y tecnología, un salón de eventos y convenciones y tal vez un museo o evocación histórica que haga referencia a la inmigración en nuestro país. Ya estamos trabajando en eso y nos gustaría empezar lo más rápido posible a concretarlo. Pero siempre, repito, conservando y respetando el protagonismo del agua en los diques.
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