Entrevista a Ruben Magnano, entrenador campeón con Atenas y el mas ganador de la historia de la liga. Tambien salió sub campeon mundial y ganó una medalla de oro en Atenas 2004.
"Este título es especial"El DT confiesa que el sabor distinto de este éxito está en haberlo conseguido tras un mal un mal paso por España.
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“Soy consciente de que la fortuna nos guiñó el ojo un par de veces en la final”, contó.
Córdoba sigue de fiesta por el título y el regreso de Atenas al lugar que su historia merece. Rubén Magnano fue el arquitecto de esta realidad, ya que conformó el plantel y le exprimió lo mejor a cada uno de sus integrantes. Por eso, su cara de tensión se relajó tras la consagración del domingo en Mardel.
-¿Qué es lo primero para decir de esta final?
-Tuvimos un dignísimo rival, que dio lucha. Soy conciente que la fortuna nos guiñó el ojo un par de veces y nos permitió quedarnos con un juego en casa que tranquilamente pudo haber sido para Peñarol.
-¿Como la vivió?
-Personalmente de manera muy especial. Todas las finales tienen un gusto diferente, pero ésta era especial por todo lo que se hablaba en torno al equipo en Córdoba, a mi regreso a la Liga y a mi desafío personal. No la siento diferente por los números, eso no me afecta. Sí por los compromisos mencionados.
-¿Cuál es su análisis tras la definición por 4-2?
-Todavía no corresponde hablar de cuestiones tácticas, sino de una cantidad de elementos que han hecho muy colorida esta final, como el comportamiento de la gente y la gran cantidad de espectadores, los estadios y el trabajo inteligente de las dos dirigencias porque sin esa pata es muy difícil campeonar. Muy pero muy difícil.
-Usted tiene un fuerte temperamento con sus dirigidos ¿Qué les dice?
-Quiero felicitar públicamente a mis jugadores porque se pusieron a disposición desde el 28 de julio hasta el domingo, con dimes y diretes en el camino, indudablemente. Supimos entender que el equipo estaba por encima de cualquiera de las partes y eso fue fundamental, incluso a la hora de jugar una final. Estoy muy orgulloso de ellos. Ahora pienso en festejar, porque fue una Liga muy dura. Creo que es muy extenso el torneo en nuestro país. Llegamos a este punto con casi 90 partidos y no es sencillo sobrellevarlos, pero ahora vamos a poder celebrar.
-Y logró el título tras su experiencia en España.
-Siento una mayor satisfacción que esta conquista haya sido después de mi experiencia por España, porque de ahí me echaron. Me dejaron sólo seis meses y me mandaron para casa. Por eso también este título es especial para mí.
-¿Qué sentimientos se le cruzaron cuando levantó la Copa nuevamente?
-En lo personal estoy muy contento y en lo profesional por haber recuperado un poco esa mística, que se da indudablemente por haber salido campeón.
-Después de ocho años ausente en la Liga, ¿qué es a lo que más le costó acostumbrarse?
-Me costó mucho acomodarme a los viajes. Creo que hemos retrocedido, pero no por culpa de la Liga. Los medios de transporte van para atrás. En mi último año de Liga (2000) teníamos más posibilidad de viajar en avión que hoy. Este año quisimos viajar en avión y no pudimos porque no hay destinos. También me gustaría que se mejoren los estadios, pero reconozco que la tarea dirigencial en el básquet argentino es quijotesca, aunque habría que esforzarse para brindar mejores estadios. No tanto como el Polideportivo, pero sí más cómodos, más seguros y que ayuden a realzar el juego.
-¿Cómo hizo para manejar la responsabilidad que sentía en su regreso durante toda la temporada y terminar de fiesta?
-La apetencia personal de lograr los objetivos te carcome por dentro, pero nosotros tuvimos la dicha de tener una temporada muy saludable. Hemos vivido diez meses de temporada y hubo un 95 por ciento de las veces estuvimos primeros en las posiciones, por diferentes factores como que Peñarol debiera juegos o que los otros no habían jugado. Entonces estábamos siempre arriba. Habíamos campeonado en la Copa Argentina, pudimos lograr el N° 1 en la fase regular, que fue tan peleado y era para nosotros el primer gran objetivo.
Fuente: Diario Olé