¡Qué fotos!
La callecita principal es chiquita pero qué imponente... ¡Qué presencia con sus barrancas o colinas al fondo! y esas ventanas con los postigos rojos y blancos. Todo muy alemán me parece, de holandés tiene muy poco. ¡Cómo cambian las provincias de una región a otra, ya sea en su paisaje o cultura y teniendo en cuenta que la separan tan pocos kilómetros!
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Y así fue como un día me levanté en Amsterdam y dije: ¿Qué hago?
Agarré los patines y me fui a la estación central... Pedí un boleto (por recomendación de Aledys) a Maastricht y le dije a la señora: ¿Este tren es directo? ¿Hay combinación? ¿Llega a Maastricht? "Si si", fue la respuesta a cada pregunta. Entonces corrí al encuentro del tren y vi que la gente se amontonaba en un solo o pocos vagones y no "disfrutaban" de la comodidad del tren.
Me subo y solo pocas personas en el vagón que consideré más aliviado de pasajeros (primer piso para disfrutar más el paisaje) el tren arranca y a unos cuantos kilómetros ¡Zaz! el guarda... que me dice algo que no entiendo (para variar) hasta que me doy cuenta: Era el vagón de primera clase (nada de diferente con los de segunda) A todo esto, le pregunto a una pasajera y me dice: Si tiene un 2 en la puerta es de segunda clase; pues, tenía un bruto 2 en la puerta, asi que bueno...
El guarda quería que me cambie en la próxima estación Utrech bajándome del vagón y subiéndome a otro; cosa que pensé: Si el tren arranca yo lo pierdo y estamos peor que antes... Asi que sin decir nada, fui pasándome de vagón en vagón mientras funcionaba.
El viaje transcurría hasta que me percaté que estaba cambiando de vías...mmmm Esto no me gusta nada -pensé- El cartelito de destino final decía: Herleen; y yo pensaba que era el nombre de la estación de tren (podría ser digamos... jaja) Hasta que el tren paró, y... no se movió más.
Todos bajaron, menos yo.
La cuestión es que cuando me levanto para preguntar, veo que estaba subiendo "al galope" la cuadrilla de limpieza del tren pues evidentemente volvía a otro lugar... Directamente bajé y puff... MENOS MAL !!!
Así fue como no llegué a Maastricht y no sabía qué hacer!
Ninguno de los que estaba en esa estación sabía a dónde se tomaba un tren a Maastricht asi que fui a la información que no les entendés nada pues tenés un vidrio con agujeritos (como los bancos) y te hablan con un micrófono donde todo se deforma y como no tienen la más mínima mueca que acompañe sus palabras entendés menos... Asi que salí de las informaciones y me recorrí plataforma por plataforma donde por supuesto no había ningún tren pues como ya dije en otro momento, los trenes aparecen un minuto antes de su partida y salen puntualmente.
Al rato apareció un trencito, este (que está retratado en la estación de Maastricht)
Y me lo tomé, me hizo gracias pues parecía un colectivo urbano, donde la gente se sentaba así nomás y, como ven, las ventanas abiertas lo hace parecer más humano....
Así fue como con él (GRATIS) me fui a Maastricht por unos paisajes que me hicieron acordar a la zona de Crespo y Diamante (Entre Ríos) y recordé que esos lugares fueron los elegidos por los alemanes para asentarse; supongo que por su similitud con el paisaje, casi idéntico.
Bosques con colinas hermosísimos y las casas como las que retrató Aledys, muy pintorezcas. Su gente también, diferente a las del norte holandés.
Llegué así a Maastricht, otra ciudad.
Una ciudad dividida por el río Maas, y que tiene dos caras: La que no tiene mucho encanto y la otra totalmente acogedora.
Calle que conduce al puente principal (o sea, más concurrido por peatones)
Me gustó la "delicadeza" de Mc. Donalds de aggiornar el logo con una banderita de acuerdo con las tradiciones.
Me encantan las motos, esas pisteras.
Saludos...