Tucumanos ganaron un concurso nacional usando la luz como elemento paisajístico
Los profesionales idearon una propuesta creativa para iluminar un puente en Santa Fe. EN EL LITORAL.
El puente Nuestra Señora del Rosario conecta Rosario (Santa Fe) con Victoria (Entre Ríos).
Un grupo de arquitectos y diseñadores tucumanos ganó un concurso nacional para iluminar el puente Nuestra Señora del Rosario, que conecta las provincias de Santa Fe y de Entre Ríos, a la altura de las ciudades de Rosario y de Victoria.
El trabajo fue realizado por el arquitecto José Luis Guijarro, el diseñador de interiores Gustavo Tomaspolky, el arquitecto Fernando Müller y un estudiante de la carrera de Arquitectura, Guillermo Viejobueno, todos, de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
El proyecto que presentaron consiste en generar cuatro escenas diferentes, logradas con la combinación de distintas luces y colores en los tres elementos síntesis: pilones de hormigón (las columnas del puente), los obenques (los tensores oblicuos) y el tablero vial (por donde circulan los vehículos).
En el marco del programa Rosario 2010 por el Bicentenario, la Municipalidad y el Concejo Deliberante de esa ciudad organizaron el “Concurso Nacional de Ideas para la Iluminación Artística Integral del Puente” y el primer premio fue para el equipo tucumano que, según fundamentó el jurado, “propone utilización de tecnología eficiente, sin descuidar el ahorro energético y generan una visión nocturna estimulante; generadora de sensaciones”, entre otros puntos. Uno de los fuertes del proyecto es que la iluminación del puente no interfiere con la actual iluminación vial.
El trabajo propone cuatro escenas: una para fechas patrias, otra para días especiales y dos para la semana.
“En la primera escena, que sucede de lunes a jueves, los pilones son iluminados y lentamente van cambiando su color, finalizando con un tono magenta, relacionado con la noche”, contó Guijarro. La idea, según señaló, es que durante el fin de semana, de viernes a domingos, el puente dé la sensación de mayor dinamismo.
“Por eso, como segunda escena propusimos la formación de cuadros que se crean por el cambio de color en las luces de los pilones y por el encendido y el apagado sucesivo de las que destacan los obenques, en color blanco, lo que crea la sensación de un movimiento pendular”, concluyó.
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